viernes, 31 de agosto de 2012

Anonimato


Llevo varios días preocupándome por si alguien que me conoce en el mundo real encuentra este blog, y sobre todo preocupada por si descubre quien soy. Creo que sería tal el sentimiento de vergüenza y de intimidad violada que a veces me hace pensar "¡si tuvieras sentido común borrarías esa página!". Pero eso sería como recortar una parte de mí que está creciendo pelín a pelín, como borrar de sopetón las reflexiones que he hecho o los sentimientos que he ido teniendo desde que lo empecé y dejé aparcado mi cuadernillo de papel. Hace tiempo La Gata escribió un post sobre esto que he recordado hoy, y la verdad que te pillen un lugar tan personal como el blog debe ser traumático.  


El anonimato. Espero no ser demasiado pava y dar pistas de mi nombre ni mi identidad real. Este blog es y seguirá siendo demasiado personal como para que yo deje de ser Loba, y además la capacidad que tienen los escritos privados de estropear todo tipo de relaciones es devastadora... pero igual de devastadora es la necesidad de cada uno de volcar sus miedos y cabreos en alguien. Y si además es una amiga, un amigo, mi pareja, o alguien muy cercano... seguramente ataría cabos sin ninguna complicación y pasaría automáticamente a leer cosas sobre ella misma que no podrían gustarle. Son esas cosas que no se dicen a nadie las que cuento en mi blog, esos pensamientos íntimos y privados que necesitamos expulsar de alguna manera porque si no nos acaban llenando de ponzoña. Esos pensamientos y sentimientos que causarían la destrucción de la Raza Humana si llegamos a alcanzar la capacidad para leer mentes. 

Yo sé que mi ex, el Alcántara, tenía un blog personal. Me acuerdo del nombre y la dirección. Pero mi decisión rotunda y radical fue no entrar ahí BAJO NINGUNA CONDICIÓN. Nunca. Never. ¿Acaso ganaría yo algo más que satisfacer una curiosidad morbosa, y llevarme algún disgusto? No, y tampoco tengo intención de volverme a inmiscuir en su vida privada, aunque tenga un extraño y cruel deseo de enterarme de su mierda. Me parece amoral hurgar en las vidas de la gente que conozco, y más desde el anonimato, y más sabiendo que me va a decir de todo menos guapa. Paso.

Pero, si fuera al revés... ¿pasaría él de mi blog? ¿Lo utilizaría en silencio para enterarse de mi vida y airearla a los cuatro vientos? ¿Me podría llegar a chantajear con mis propios escritos? ¿Diría a todas y cada unoa de las personas de las que he hablado lo que he pensado de ellas o de sus actitudes en un momento? 

La capacidad de destrucción de un blog personal no deja de agobiarme un poco. 

Yo no tengo el blog entre mis páginas de favoritos ni tengo un marcador especial para él. El único error que he cometido en el mundo real ha sido estar con mi pareja en el ordenador y haber dejado la cuenta google de "Loba Feroz" abierta mientras usábamos el buscador. Nadie de mi entorno sabe que escribo en un blog, y mucho menos el nombre o dirección de éste. Ese es el mayor error que podría cometer, charrarlo y que alguien lo encontrara. Es como decir: voy a meter la mano en la boca de este cocodrilo a ver qué pasa. Error. La mayoría de gente es demasiado curiosa como para saber de la existencia de algo privado y respetarlo. 


Si alguna de las personas de mi círculo me leyeran, yo cerraría esto. O borraría entradas. Desde luego ya no querría volver a escribir sobre mi vida, y me llevaría un disgusto horrible que duraría bastante tiempo. Seguramente perdería amistades y personas importantes de mi vida.¿Para qué escribir un blog entonces, si todo el mundo podría acceder a él? 

Solo espero que nunca pase algo parecido, porque la verdad... sería una de las mayores putadas que pudieran hacerme. 


lunes, 27 de agosto de 2012

Tal vez soñar


Últimamente sueño todas las noches; absolutamente todas. Y recuerdo lo que me ha ido rondando por la cabeza como si fuera una segunda vida repleta de rarezas e incoherencias. Lo peor es que tienen argumento aunque sean situaciones tan raras como podríamos imaginar.


¿Por qué yo siempre sueño y lo recuerdo? 

Hoy era una conversación con mis amigos. Ayer soñé que volvía a estar en bachiller y que un compañero de clase me robaba el bolso y me decía que había sido el profesor, y yo acababa zurrándolo y pidiendo ayuda para quitarle mis cosas pero nadie venía a echarme una mano. Hace días yo era la piloto de un lobo robot -¿qué?- que protegía la última colonia de humanos, refugiados en una cueva en mitad del océano. En una ocasión soñé que era una huérfana que llegaba con los vikingos y a base de trucos y engaños conseguía que me aceptaran en su clan, me regalaron una espada y un caballo blanco que se llamaba Thorgrund (como veis me acuerdo hasta del nombre, y me acuerdo que si hubiera sido yegua se habría llamado Thorgred) y me hicieron bajar de la torre a luchar contra los no-muertos que querían comerse a todos. He perseguido en mariposas de luz que cambiaban de color hasta llegar a un acantilado. También he soñado que me echaban de mi grupo de amigos porque decían que no era graciosa y que no sabía hacerlos reír, y que me perseguían tirándome piedras. Otra noche soñaba que estaban Gandalf y Dumbledore tomando café en mi casa, hablando sobre cosas rarísimas, y yo asentía sin enterarme de nada. Hace poco yo estaba con Jon Nieve, combatiendo a Los Otros en el Muro. Poco después tuve una pesadilla en la que Chicombre y yo discutíamos por no se qué, y me desperté cabreada con él sin saber la razón hasta que caí en que nada había pasado. Sin contar los sueños verdes perturbadores que, o bien me han hecho despertar y sonrojarme, o bien sentir asco y ganas de vomitar. Varias veces he tenido pesadillas con zombis, y una noche soñé que me raptaba el de Saw (fue horrible y una experiencia traumática). 

¿A vosotros os pasa? ¿Cuándo atacan los sueños a vuestro descanso? 

He leído que tiene que ver con el estrés, o con preocupaciones, o porque atraviesas un periodo de tensión. Pues fíjate que yo estoy de vacaciones, vivo sin sobresaltos últimamente, no tengo problemas, y mis preocupaciones están al nivel de las de un oso panda comiendo bambú. A lo mejor alguno sí tiene que ver con ciertos pensamientos que han cruzado mi cerebro durante el día, o con sentimientos reales, pero la mayoría son un misterio. No entiendo por qué mi cerebro sigue funcionando de esta manera mientras duermo, y tampoco es que tenga muchos problemas con ello: descanso bien, no me siento agotada a lo largo del día, ni tengo pesadillas con un tema determinado sino que van variando y es una completa sorpresa acostarme cada noche. 

Luego hay periodos en los que mi mente se relaja y no sueña nada. Periodos más largos o más cortos en los que me despierto con el cerebro en blanco y una extraña sensación de pérdida, porque me acabo acostumbrando a las aventuras surrealistas que mi subconsciente me monta cada noche para no aburrirse. Algún día contaré los sueños más rarunos que mi cerebro haya creado, pero hoy no. 

¿Por qué hay gente que sueña y gente que no? ¿Tiene algo que ver con la cantidad de imaginación, o con un estado de ánimo concreto, o con la forma de ser y pensar de cada uno?

¿Tienen algún significado los sueños? ¿Puede esconderse mi futuro detrás de Gandalf y Dumbledore tomando té? ¿Tiene algo que ver conmigo una aldea de vikingos que vive en una torre en mitad de una tormenta de nieve? ¿Si sueño con un lobo robot significa que voy a morir en tres días? 

Ay, cuántas dudas y qué pocas cosas me cuenta San Google para resolverlas.

domingo, 26 de agosto de 2012

Mi familia y otros animales: M.L.

M.L. es un ente lovecraftiano en sí mismo. Resulta que es una especie de prima de mi madre que vive por Utiel, con cuerpo y cara de calabaza, peluca y ojillos porcinos. Es soltera, vive sola desde que hace años murió su madre, y tiene una carencia de sentido común brutal. Todos los veranos sale de su pueblo para venirse unos días (que se nos hacen interminables a todos) a mi casa, llenándola de un extraño olor a heces y pestilencia rehogada en perfume de viejales. Por supuesto que si fuera una semi-viejecita adorable lo soportaríamos con agrado, pero es que M.L. es mucha M.L. 

Lo primero que deberíais saber de ella es que es la PERSONA MÁS PESADA del planeta. Con deciros que mi padre compró el identificador de teléfonos para saber cuándo llamaba ella y así no cogerlo... en la conversación más simple, como por ejemplo preguntar si está mi madre en casa y si se puede poner, te atrapa 45 minutos mínimo. Empieza un INTERROGATORIO que debería ser estudiado por la policía, por CSI y por la CIA, de torturador y horripilante.

Por otra parte, parece que SU MENTE NO FUNCIONA COMO LA DEL RESTO de humanos. Dice todo, ABSOLUTAMENTE TODO lo que se le pasa por la cabeza, sin pensar. Además tampoco es muy inteligente y suele preguntar cosas bastante absurdas, o discutirle a todo el mundo cualquier cosa. Como muestra de ello, una conversación recién ocurrida.

   Loba Feroz está tranquilamente en su cuarto intentando acceder al World of Warcraft, cuando le da por silbar cinco notas de la banda sonora del juego. De súbito se oyen unos pasos apresurados que suben la escalera, el olor precede a M.L. y Loba no sabe a qué se enfrenta. M.L. se para en la puerta, la abre y se queda mirando a Loba con sus ojos de cerdito fijos en ella. (CONVERSACIÓN 100% VERÍDICA).
- ¿Estabas silbando tú?
- ... sí. 
- ¿Te gusta silbar? 
- ... bueno, a veces silbo sin darme cuenta.
- Silbar es de hombres, allí en el pueblo solo silban los hombres.
- No sé, silbar podemos hacerlo todos.
- ¿Silbas a menudo?
- No sé... cuando me da por ahí...
Y se queda mirando a la joven con sus ojos fijos. Sin moverse. Sin retirarse. Solo la observa fijamente. El olor se hace cada vez más insoportable, y Loba decide girarse poco a poco hacia la pantalla... por si M.L. se da cuenta de que la conversación no da para más. 
- Me gusta tu vestido. 
- Gracias, M.L. 
- Me gusta más que los pantalones que llevabas ayer. Eran de moro. 
- Bueno, a mí me gustan.
- No te los pongas más que eso es de moro. Y silbar... bueno, no silbes mucho que no queda bonito.
Intento no caer en el bucle de 45 minutos hablando de pantalones, le digo cualquier cosa, a lo que ella responde con un monólogo bestial. Y se va a hablar con mi madre, a repetirle todo lo que me ha dicho. Tal como vino. FIN. Menos mal.


Bueno, supongo que esta no es la conversación más extraña que hemos tenido. Recuerdo aquella en la que me decía que era mi obligación como hija única casarme por la iglesia porque si no le quitaría la oportunidad de ver a su hija bendecida por dios y vestida de blanco. También fue surrealista cuando salió a remojar la peluca en la piscina. No puede comer si no es a las 14:05 justas, porque dice que si no el estómago se le cierra dos días. O cuando me preguntó hace un par de días si me había puesto pantalones cortos porque me gustaba enseñar las piernas.

Ayer vino un amigo a mi casa y le llamó gordo, feo y desgarbado... sin querer, claro. Así como quien no quiere la cosa. "Uy, a tí te conozco, me suena tu cara... ah, sí que tienes una cara muy peculiar, sí, supongo que ya te lo han dicho. Pero estabas más delgadito, ¿eh? No tenías esa tripa. Bueno, al menos la cara sigue igual, ya sabes... un poco rara, peculiar, sí. Por eso te reconozco. A ver, da una vuelta. Sí, sí. Como eres tan alto no tienes movimientos muy fluidos, ¿verdad? Claro, no los tienes. ¿Qué estudias? ¿Tus padres trabajan? ¿Dónde vives? ¿Desde cuándo conoces a Loba? ¿Hiciste la comunión? ¿Tienes novia?..." etc etc etc. El pobre no sabía dónde meterse.

Cuando no estaba con nadie, empezó a hacerme preguntas de lo más extrañas: que si mi novio futuro hablaría en español, que si me lo buscaría rico, que si iba a ser del PP o del PSOE... Brutal. Imaginaos ahora que sabe que estoy con alguien. Creo que jamás en la vida sufriré un examen tan exhaustivo.

Lo cierto es que toda la familia conoce ya sus salidas de tono y su falta de sentido común (aunque luego tiene momentos en los que es maja y eso) y nadie le hace mucho caso. Por eso a mi madre le da pena y se la trae, aunque cuando se vaya acaba con unos ataques de estrés brutales y se pasa dos días echando humo por las orejas. La verdad es que no entiendo nada.

Al menos agradezco que no vivamos muy cerca, porque sería un tremendo sufrimiento.

lunes, 20 de agosto de 2012

The bear and the maiden fair

Escribiendo, escribiendo otra vez.

Tenía una historia en mente hacía tiempo. Una imagen de una descastada que montaba en un oso de ojos amarillos.

Creo que por fin la tengo.

Ahora a escribir, antes de que la historia se me escape de entre los dedos.

Ahora a pensar, a reflexionar y a retorcer argumentos e hilos para que me lleven a buen puerto

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Creo que tras la entrada anterior merezco hablar más acerca de Chicombre. Porque me da la sensación de que lo he dejado en muy mal lugar. Él inspiró esta entrada. Yo no soy fácil de conseguir, y mucho menos fácil de conservar. ¿Cómo es que estoy con Chicombre, si tenía esas cosas tan feas de las que tanto me quejo? Y es que soy una quejicosa, lo reconozco, y me gusta pintar drama donde no debería.

Chicombre es, ante todo, un caballero. Es amable, y atento, aunque alguna vez haya tenido un resbalón -como en el Costa de Fuego, por ejemplo, no me olvido-. Es de ésos que te corren la silla cuando te vas a sentar aunque lo hace con una bromilla para que no pienses que es un tontaina fuera de época. Es de los que se preocupan por esperar a que entres en casa cuando te dejan con el coche, y de los que te abrazan por la noche cuando piensan que tienes frío. 

Es una gran persona que se preocupa por los sentimientos de los demás más de lo que yo misma pensaba. Cuando algo puede herirme y se da cuenta, lo cambia sin que yo se lo pida. Me cuida con actos y no con palabras, y eso cuesta verlo hasta que de repente lo notas. Eso me ha pasado a mí. Puede que no sea muy sobón, o muy espontáneo para mimarme... pero se deja abrazar como si fuera un peluche, y cuando me voy a quitar me pide que me quede y que lo apriete bien fuerte. Nota que me voy y entonces él responde. Estas vacaciones me ha dicho que se ha dado cuenta de que eso me hace ser menos cariñosa, y que no quiere que cambie mi actitud porque él parezca pasota... dice que aunque no pueda ser el hombre más amoroso del mundo, me dará el doble de abrazos que me ha dado hasta ahora cada día. ¿Es o no un sol?

Además, Chicombre es culto. Es de esas personas que pueden hablar de cualquier tema, y a mí personalmente eso me encanta. Me podría pasar horas escuchándolo hablar de plantas, o de sus viajes, o de su vida... y eso no me había pasado nunca -bueno, con mi padre, que también sabe mucho-. Para mi cerebro Ravenclaw eso es un gustazo, y me encanta. No creo que sea más inteligente que yo, ni tampoco menos. Eso es perfecto.

Chicombre cree en el amor y en los finales felices. Me dice que si he llegado hasta a él ha sido porque el destino era así. Que cuando me vio y me preguntó si quería croquetas, y yo acepté, se dio cuenta de que eso solo pasa una vez de cada mil. Dice que desde entonces no tiene miedo a mostrarse tal y como es, y menos conmigo. Que no quiere que me vaya a comer croquetas con nadie más. 

Es activo, le gusta la naturaleza, los animalejos... pero sobre todo las plantas. Le chiflan las plantas. Tiene un huerto con un amigo que va a cuidar todas las semanas, y que da unos tomates buenísimos. Le interesa el medio ambiente, la fotografía y el cine. Y dar largos paseos. Y vivir cada día como si fuera diferente. 

Chicombre, cuando apaga la lamparita, me da un beso y me pide que no me vaya nunca. ¿A que eso no os lo había contado? 


Y los lectores dirán: Bueno, bueno, muy bonito todo... y sobre los temas que te preocupaban, Loba, ¿ya te has olvidado?

¡Claro que no!
Sobre el tema SEXO: Jugué una baza muy importante y difícil: la comunicación. No fui directa al grano sino que tomé la senda tortuosa. En vez de hablar de "lo nuestro", hablé de mí. En vez de decirle "quiero que hagas esto", le dije "yo prefiero hacerte disfrutar porque me gusta, y ahí se ve cuando realmente quieres a una persona... cuando te preocupas por ella más que por tí mismo". 

Creo que, afortunadamente, captó la idea. Y se lo tomó un poco a la tremenda: "¡PERO SI YO ME PREOCUPO POR TI TAMBIÉN!", me dijo. Y automáticamente... voilá. Parece que en su cabeza algo hizo "click" y se acordó de que a las chicas nos gusta el sexo oral, y de muchas otras cosas que le había dicho. Sin decirle nada ha pegado un cambio de 180º... y la verdad es que me ha pillado de sopetón. ¡Vaya con el señor! Quizá solo le hacía falta una pequeña conversación y algunas directrices para que se solucionara el temita.Y esto ha ejercido un efecto "descanso psicológico" en mí que me ha hecho relajarme y disfrutar. Y eso también ha sido una enorme diferencia.


Sobre el tema "sentirme valorada": He de reconocer que mi síndrome pre-menstrual es terrible. ¿Alguna vez os habéis sentido aisladas, solas, deprimidas, incomprendidas, infravaloradas, etc etc  antes/durante esos días del mes? Pues ahí me encontraba al escribir esa entrada tan TRIIIIISTE y un poquito injusta acerca de todo. No diré más aparte de que el drama fue exagerado. Punto.


Y los lectores dirán: "claro, claro, esto es que se va a vivir con él"

Y yo os contesto: ¡Pues no, señoritos! Sigo pensando en hacer las cosas poco a poco, aunque Chicombre quiera que me vaya con él cuanto antes mejor, tendrá que seguir demostrando que es un caballero, buena persona, preocupado, gentil, y sobre todo... que me quiere. 


Y cuando yo me sienta segura, ya veremos lo que pasa. 

Pero sentía que tenía una deuda con él muy grande. Enorme. Que lo había tratado con mucha injusticia aquí y he empañado su imagen hasta que casi parece una sombra. Rectificar es de sabios... Y no quiero que nadie se quede con esa imagen de él porque es un tío maravilloso.¡Que por algo estoy con él, copones en vinagre!



domingo, 19 de agosto de 2012

He vuelto y he sobrevivido!

Ese es el gran notición del día. Este, y que en Murcia hace un calor de Satán. 

Ha sido un viaje genial... la verdad es que estoy muy feliz. Todo ha salido millones de veces mejor de lo esperado, y además he visto cómo mejoraban muchísimas cosas de las que me preocupaban simplemente dando tiempo, paciencia y confianza.

He estado en Elche, que me ha parecido una ciudad preciosa, con sus palmeras y su lecho de río lleno de vegetación. Desde allí nos fuimos a la zona de Almería, Níjar concretamente... que me ha parecido MUY FEO. Horrible. Que no se me ofenda nadie, pero el paisaje del sur de Murcia es desolador: todo seco y árido, ni un solo árbol en kilómetros a la redonda, pero mucho mucho mucho plástico. Horroroso. Eso sí, las playas lo compensan (mucho más tranquilas que en Valencia, y mil veces más bonitas y agrestes). Y los pueblecitos blancos con sus construcciones típicas de la zona me han encantado. Pasamos por un pequeño asentamiento llamado Hortichuelas (o algo así) que me pareció encantador, como un oasis en medio del desierto. En realidad me he maravillado por ver cuánta diversidad ecológica y ambiental tenemos en España, y ni siquiera parece que nos demos cuenta. Y después he pasado un par de días en Murcia, en el Leyendas del Rock. Una pasada ver vibrar a tanta gente, respirar tanto buen rollo y ver Avalanch, Dunedaïn o Stratovarius. Lo he disfrutado muchísimo, como una cría. 

Además de esto, el viaje me ha unido más a Chicombre. Me ha hecho olvidarme de esa sensación de frustración que tenía encima, y parece que él se ha dado cuenta de cómo deben de ser las cosas en una relación de pareja. Es culto, sabe de todo, podemos hablar de cualquier tema, me trata como a una reina...  he aprendido que debo dar oportunidades, seguir el camino para llegar al destino que busco. Han sido unos días geniales en los que se han ido nuestros problemas y todo ha sido perfecto. Me he sentido valorada, deseada y querida, y me he dado cuenta de que he sido un poco dura al juzgarlo. Además en estos días me ha dicho que ha sido consciente de la suerte que tiene por el efecto comparación: él ha visto cómo se trataban las otras parejas y se ha alegrado de que nosotros no seamos así... Lo cierto es que estoy muy feliz, estos días han sido perfectos. Además yo me he atrevido a hablar de mis sentimientos y pensamientos abiertamente sin preocuparme por nada, y él ha tenido mil detalles conmigo. Me siento más querida, más segura... y eso es bueno. 



Y...
Y hay otra cosa...


...¡Chicombre me ha pedido que nos vayamos a vivir juntos!... 

Otra chica estaría encantada, pero yo no quiero precipitarme: llevamos solamente 5 MESES en esta relación y tengo miedo de que todo se vaya por la borda por correr demasiado. Es un poco locura, ¿verdad? Él dice que no, que realmente si tiene que funcionar da igual ahora que dentro de 100 años. Además yo nunca he vivido fuera de casa de mis padres aunque siempre he querido hacerlo, y ahora que se me presenta la oportunidad me da un poco de vértigo, ¿a vosotros no os ha pasado? Uf, estoy dudando... creo que me ha pillado muy de sopetón, y sería un paso de gigante para mí. Tengo miedo de que las cosas se vayan por la alcantarilla por no saber convivir con otra persona, o que de repente nos demos cuenta de que no somos compatibles... Por otra parte, si me quiero ir de casa tengo que compartir piso, y teniendo una pareja que vive sola me parece absurdo irme con completos desconocidos.

Por eso le he dicho que espere, que si tenemos que hacerlo, que sea de forma paulatina: me voy unos días, me voy una semana... así, poquito a poco, probando.

Por otro lado estoy un poco cagada por cómo se lo vayan a tomar en casa en caso de que me decida por el sí. De primeras no creo que vaya a reunir fuerzas para decirles: "oídme progenitores, me voy con Chicombre -al que aún no conocéis- a vivir, aunque lleve 5 meses con él" Me parece una burrada. Además no hace falta insistir en que soy hija única para lo bueno y para lo malo, y esto podría alcanzar la proporción de DRAMA en 15 nanosegundos desde que anuncie mi vuelo del nido.

¡Ains! 

Yo qué sé. Veo que nuestros vínculos se están fortaleciendo muchísimo, aunque a mi blog solamente haya venido a contaros mis penas y pesares, y no seáis totalmente conscientes de cómo es Chicombre. Solo diré que desde que hablé con él un par de cositas y me he relajado lo suficiente, estoy MUY feliz con él. Que no todas las culpas las tiene la otra persona... yo también soy demasiado exigente y me creo que todo tiene que ser perfecto como en las películas. Y no es así. Creo que a su lado estoy creciendo como persona, y que aunque en algunas cosas somos diferentes, nos llevamos de puta madre y hay una gran complicidad entre nosotros.

¡¿Qué hago, coleguis?! 
Dadme vuestra opinión sensata: ¿Opto por la cobardía o me tiro a la piscina a ver qué pasa? ¿Busco lo intermedio como he dicho antes? ¿Sucumbo ante la presión familiar? ¿A qué huelen las nubes? 

lunes, 13 de agosto de 2012

Corazón de invierno

Una de esas canciones que me erizan la piel.
 Y me despido unos días que me piro a un festival heavy. ¡A cascarla! ;) 



Olvidado en una esquina y derrotado 
encontré a aquel que siempre quise ser, 
pero el cielo un mensaje me ha enviado: 
¡levántate! 

Hemos cabalgado juntos tantos años, 
y hoy tu dices que todo se echó a perder, 
yo te digo que mañana 
vendrá un nuevo amanecer, 
y lo sé bien ¡y sé muy bien! 

Sigo siendo el mismo de ayer, 
hoy y siempre lo seré, 
sé que sigo siendo el mismo corazón de invierno. 
Hace mucho tiempo que lo sé, 
ahora y siempre lo seré, 
sé que sigo siendo el mismo corazón de invierno. 

Cuántas leyendas en las que creer, 
cuántos tesoros por ser encontrados, 
cuántos viajes y sueños en busca, 
del reino olvidado. 

Sigo buscando el deseo de ayer, 
sigo perdido en mi bosque encantado, 
dame tu mano y hazme sentir 
que no ha terminado. 

Sé bien que caeré, y levataré, 
sé que lloraré... pero no me rendiré, 
¡Lo sé muy bien!

domingo, 12 de agosto de 2012

The hortelan's dog ataca de nuevo

No conté que Señor Ameba vino a mi ciudad porque tenía que hacer un transbordo. Entre un tren y el otro habían unas horas, así que me pidió que fuera a verlo y nos tomábamos un café mientras él esperaba a que llegara su segundo transporte. Como pienso que, si fui lo suficientemente adulta y madura como para acabar una relación sin guardar rencores y él parecía que podía hablar conmigo sin demostrar odio, pues acepté.

Muy bien, sólo es un maldito café con alguien que me importó en el pasado y que ahora se ha convertido en ése semi-amigo con el que hablo de vez en cuando y nos contamos por encima que todo va bien. Sin sobresaltos por mi parte, sin grandes confesiones por la suya (últimamente), solamente siendo cordial y sin dar pie a segundas interpretaciones. Porque yo no tengo ningún interés en Señor Ameba más allá de que la vida lo trate bien y que aprenda a tratar a OTRA chica que no sea yo, y que encuentre una novia que sea buena con él, y que tenga fuerza suficiente para cargarlo por la playa -porque le da asco la arena, el agua, las algas, tiene miedo de las medusas, la oscuridad, las alturas, el mar y cualquier cosa que no sea la seguridad de su cuarto, la Play Station o su mamá-.

Pues eso. Si es que de buena soy tonta. Ése día dormí dos horas como máximo porque el calor era sofocante e insoportable, estaba triste y dándole vueltas a las cosas que no me van bien, y tenía CERO ganas de coger un autobús, luego un metro y luego andar para tomarme un café con Señor Ameba. Chicombre, como es una persona civilizada, no me puso pegas a que fuera a ver cómo estaba, aunque sí noté cierto desasosiego totalmente normal en esas situaciones. Bueno, pues allá que me fui apenas sin dormir a impedir que Señor Ameba se aburriese en la estación y a la vez, asegurarme de que la vida lo estaba tratando bien.

Llego allí y no lo encuentro. Veinte minutos desde que me había avisado de que ya estaba allí, y se había convertido en el hombre invisible. De repente me aparece a lo lejos con sus andares, con cara de perro pachón y andando tan tranquilo desde el baño. Sin aumentar la velocidad al verme. Deslizándose sobre el suelo con extrema parsimonia. Sólo pensé "joder, a buenas horas... no sé para qué he venido". Le di dos besos y un pequeño abrazo porque el tío ni siquiera me los devolvió (efecto "no sé para qué he venido" elevándose al cuadrado, quisiera anotar), y me dice que le duele la tripa, que necesita sentarse.

"Claro, lo que necesites" le digo con mi mejor sonrisa. Y se sienta en la estación sin hablar, mirando al vacío como si fuera una vaca mirando las vías -no sé para qué he venido elevado a tres, y encima sin haber dormido-.  Entro en modo hiperactivo intentando sacarle más palabras que no sean SÍ y NO. Estoy empezando a cabrearme y a sentirme incómoda. Apenas me había dado tiempo a preguntarle qué tal el viaje cuando se nos sienta al lado el TÍPICO LOCO QUE ATRAIGO SIEMPRE, ése desconocido que se te pega en mitad de cualquier sitio y se pone a hablarte:

- Ay, tengo miedo a volar. ¿Vosotros de dónde sois? Oh, vaya. Yo soy de Madrid, pero necesitaba alejarme de la familia porque necesito tranquilidad. Esta es la foto de mis hijos... mi hija está ya muy mayor, y está saliendo con un imbécil. Mi hijo es mejor, más cariñoso, ha salido al padre. Porque yo cocino en casa, mi mujer no sabe, yo soy quien hace la comida y la cena y la merienda, y mis hijos siempre dicen "no, mamá, que cocine papá". Hay que ayudar, claro. Mi mujer se enfada, porque dice que ella lo hace mejor, creo que le da vergüenza. Oh, el novio de mi hija está empanadísimo... - en esto mira a Señor Ameba y le dice- Tú también tienes pinta de estar enmadrado, eh? Parece que eres dependiente de tu mamá. 

"Ni se lo imagina", pienso... En eso la madre de Señor Ameba le llama, y él se pone a decirle que le duele la tripita y que ha llegado bien, y que le han picado mosquitos y le pica mucho el brazo. El hombre me sigue hablando a mí, bla bla bla bla bla, yo estoy incómoda porque va pasando al tema "amor" y me temo un desenlace funesto. Señor Ameba cuelga y no dice nada más. El loco lo mira y suelta la perla:

- Oh, tú no sé, pero se le ve en los ojos que ella está enamorada de ti. 



¡ME CAGO EN LA PUTA! Mi cara se retuerce y creo que refleja unas ganas de matar inconcebibles. Me levanto de la silla.

- Bueno, Ameba, ¿dónde decías que tenías que ir?
- Emmmm....
- Ah, sí, aquí al centro comercial. ¡Vamos ya que se nos hace tarde! Bueno, adiós y encantada.

Evito mirar atrás porque mi sentido arácnido percibe que el hombre se levanta para acompañarnos, y acelero el paso. Joder, yo que había calculado todo para que no se produjera un maldito momento incómodo y viene un vagabundo loco y me lo tira por tierra. Señor Ameba camina detrás de mí a ritmo de caracol. Finalmente el hombre se cansa de seguirnos y se queda atormentando a otros.

- Es que siempre se me pegan todos.
- Ya, siempre te pasan estas cosas.
- ¿Dónde vamos?
- No sé.
- ¿Quieres que vayamos a tomar algo? 
- Me duele la barriga.
- ¿Vamos al GAME?
- Bueno.

Joder.

- Es que por aquí no hay muchas cosas...
- Ya.
- ¿Ha ido bien el viaje? ¿Se te ha hecho pesado?
- Bueno, me he dormido.
- Parece que aún estás dormido, jeje. 
- Ya.

Joder.

Andamos un buen trecho, yo devanándome los sesos por hacer que diga ALGO, que me siga la conversación... y él como si acabara de caer de Ganímedes. ¡Me desespero! Quién me manda a mí ir a verlo, madrugar sin casi haber dormido, pagarme un bono de metro cuando estoy fatal de pasta y pegarme tal caminata para ESTO. Estoy que echo fuego. Si fuera mínimamente más cabrona me iba a casa.
Entramos en el centro comercial en silencio porque paso de esforzarme más. Quiero dormir y descansar, y ponerme delante del ventilador con una legión de monos abanicadores a mis órdenes. Entramos al GAME.

- ¿Para qué hemos venido aquí? 
- Porque recuerdo que te gustaba mucho ir al GAME, y he pensado que quizá te apeteciera.
- No necesito más juegos.

"Oh, qué sorpresa, ¿no me digas?"

- Ah, bueno, al menos hacemos algo. Si quieres vamos a tomar algo. No me ha dado tiempo a desayunar porque si no perdía el bus.
- Espera que mire este de Batman.
- Vale. 

Silencio, silencio, silencio. Cierro los ojos pensando que al menos descanso la vista... pero no. Él echa a andar hacia el fondo de la tienda y yo me quedo pensando vagamente en lo capulla que soy. Quiero volver a casa y descansar en mi cama, no forzando a hablar a este tarugo. Y mira que le tengo cariño, pero no soporto que jueguen con mi tiempo. Cuando por fin acaba elijo -porque él es incapaz de elegir o proponer- una cafetería y me pido una cocacola. Él un agua. Cuando se la traen empieza a hacer cosas raras, a pasarse la botella por la piel con los ojos cerrados como si fuera uno de esos masajeadores del Natura (a los que yo llamo "orgasmatrón" por sus cualidades).

- ¿Qué pasa?
- Me han picado dos mosquitos, mira... y me han puesto una vacuna.
- Ya, yo me la pongo todos los meses ¿Tanto te duele?
- Sí... me pica mucho... jooooo... se me ha hinchaaaado....

Y empieza a apoyar la cabeza en la mesa poniendo caras de sufrimiento como si estuviera moribundo. Por dos mosquitos y una vacuna de hace días. Miro al techo y decido que se esfuerce él, que yo tengo sueño. Parece que lo empieza a captar, y opta por la apuesta segura: Juego de Tronos. Bueno, al menos se ha esforzado un poco y pasamos un rato charrando de tonterías como si fuéramos dos amigos. Cuando empezábamos a hablar de forma fluida, mira al reloj y se espanta: "¡ME QUEDAN 7 MINUTOS! ¡NO VOY A LLEGAR". No por favor, no te quedes, quiero dormir, quiero volver a mi casa. 

- Pago yo, no te preocupes... ve cogiendo la maleta. 
- Pesa mucho.
- ¿Quieres que te la lleve yo?
- No hace falta...

Al llegar a la estación decide que se mea ya.

- ¡Por favor, llévame la maleta al tren! ¡Me meo enciiimaaaa!

Voy hasta allí corriendo, convenzo al señor de que me deje pasar y guardo la maleta de Señor Ameba en un hueco libre que parece que tengo que excavar en roca. La maleta pesa un huevo y medio, pero me las apaño. El hombre me avisa de que el tren se va, de que suba. Le digo que no es para mí, que espere un momento... y en eso aparece corriendo Señor Ameba y se sube al tren sin apenas decir "adiós". Y yo cojo, me doy la vuelta, y me piro. Menudo idiota.

Pip, pip, mensaje de móvil: "perdona que me haya tenido que ir tan rápido :) pásalo bien, ya volveremos a hablar si surge la ocasión" Le contesto: "Habrías perdido el tren. Pásalo bien, un beso".

Quiero dormir. Bueno, al menos habrá visto que somos amigos y que no quiero saber nada de él en plano amoroso. Le he dicho que me va todo bien con otro chico y tal, no me ha quedado nada en el tintero, he sido educada... Y después de una semana o así me llega un mensaje diciendo que necesita hablar conmigo de algo sin mensajes de por medio, que cuando llegue a su casa de vacaciones me llama. Puf. ¿En serio? Ya estamos otra vez.

No se puede ser buena.

si pudiera, te degollaría

Alguna vez me pasa eso de imaginarme asesinando a alguien que odio. Oh, un pensamiento muy dulce e inútil. Si pudiera hurgar en la lista de personas que hay en este mundo, creo que borraría unos cuantos. No tantos, pero sí los suficientes.

viernes, 10 de agosto de 2012

En los mundos de Yuppi

Estos días paseo por los mundos de yuppi. No tengo ganas de nada, no tengo ganas de agobios, no tengo ganas de pasar calor... solo tengo ganas de relajarme y no pensar en nada, o pensar en cosas ajenas a mi persona y mi vida real. Necesito evadirme.

Cada vez que pongo la radio para comer, me dan ganas de tirarme por una ventana. No entiendo qué está pasando ahí fuera, ni en el Congreso, ni en la Moncloa, ni en el mundo, ni me importa. Solamente sé que todo se cae, se derrumba, se desvanece.

A mí me inculcaron que para ser algo en la vida, tenía que estudiar. Que si atesoraba conocimientos cambiándolos por años de sacrificio conseguiría ser feliz, ser valorada y asegurar mi futuro. Desde siempre, aunque no me he esforzado todo lo que he debido en muchas ocasiones, he superado los baches y las asignaturas para seguir adelante sin tropezar ni una sola vez. He aprendido a amar los libros, he aprendido qué me gusta y qué no, he aprendido a crecer como persona. He aprendido a hablar con propiedad, aunque muchas veces en este blog no lo materialice... porque pienso un poco en este espacio como un cajón desastre donde poner lo que me da la real gana cuando me da la real gana, sea de un tema o de otro. He aprendido cuándo hablar, cuándo retirarme, cuándo insistir y cuándo ofrecer una mano amiga. He aprendido a relacionarme con todo tipo de personas y a poder seguir casi cualquier tipo de conversación... a la vez que he aprendido que hay muchas más cosas que no sé de las que me creo.

He pagado estas lecciones con sudor, agobios, disciplina, renuncias y, en ocasiones, lágrimas. No tengo cómo independizarme, ni cómo cuidar de mí misma, porque sigo estudiando... pero esto se acaba el año que viene.

¿Y entonces, qué? ... ¿Entonces, qué?

Cuando pongo las noticias y veo que esta crisis se reafirma día tras día, me entran ganas de tirarlo todo a la basura. Me doy cuenta de que estudiar tanto, que hacer una carrera, que esforzarme por conseguir una vida mejor, no sirve para nada. Muchos amigos piensan en hacerse un huerto para plantar tomates o lo que pillen, otros ya lo han hecho. ¿Sabéis por qué? Porque están cagados. Porque están oyendo acercarse los truenos de la tormenta, y no quieren pillar la pulmonía esa de la que nos advertían las madres.

Nos estáis matando con todas estas idas de olla, en serio. Estáis asfixiando a los trabajadores y a los que no tienen trabajo, y a los que van a salir al mundo laboral -precisamente como yo- los estáis cagando encima y estáis robándoles el futuro y las ganas de vivir. Hay que ser muy ruin, o muy estúpido, para no verlo. Yo ya estoy concienciada de que tendré que malvivir (si lo consigo) con un sueldo de mierda, y que es más que probable que me vaya derechita al paro con una mano delante y la otra detrás -del título universitario-. Y agradecidos de que, encima, se nos den 400 euritos un tiempo. Aunque claro, yo que soy estudiante, pienso en 400 euros y me veo la piscina de oro del tío Gilito... para qué nos vamos a engañar. Yo ya no veo la posibilidad de tener una casa propia, y me doy cuenta de las subidas de precio del metro.

Intentamos mantenernos indiferentes, y no se puede porque cada día te machaca la moral algo nuevo. Alguien de tal partido ha robado. Alguien de tal partido nos ha dicho que nos jodamos. Alguien de tal partido no habla. Alguien de tal partido se va a poner el culo a los alemanes sin contarnos el chisme. Tampoco podemos cabrearnos, porque nos convertimos en piojosos. Sí, porque encima lo que pasa es culpa del pueblo, que le dio por vivir demasiado bien... me estáis jodiendo el mundo de yuppi, el real, y el del más allá. Ratas cobardes y carroña. IROS A LA PUTA MIERDA. Así de claro.

¿Y sabéis qué os diría, si os viera por la calle?
A pesar de parecer intransigente, o nazi, o gilipollas.
Os contaría que la guillotina no llegó a este país, y que por eso pasa lo que pasa.

lunes, 6 de agosto de 2012

¿Y tú de quién eres?

Atención: entrada bastante rancia nacida de la calma chicha que inunda mi mente e imposible de entender a no ser que hayas crecido con el fenómeno Potter.

"Sabes que conoces medianamente bien a una persona cuando sabes a qué casa de Hogwarts pertenecería"    



Haber nacido en 1990 me hizo conocer las genialidades de los 80 (como el Frigopié o la Mano Loca, o las pelis fantásticas con efectos especiales de espanto). No recuerdo mi infancia entre las Play Station o videojuegos que no fueran el Monkey Island, a pesar de que llegaron a mi vida un poco más adelante. Salía a jugar con otros niños del barrio aunque también me fascinaba leer... como a mis amigos. En primaria estalló el fenómeno Pokémon y aún me sé 300 nombres distintos de esos bichos. Veía un batiburrillo de dibujos como Beetlejuice, La Familia Crece, Spiderman y los Power Rangers, Willy Fogg, Heidi y David el Gnomo.

Pero una de las maravillas que marcó nuestra generación fue la saga de HARRY POTTER. Empezó siendo una saga dirigida a la infancia, pero poco a poco la escritora fue haciendo crecer a los personajes con nosotros, con sus apasionados lectores... creo que ése fue el gran acierto de Rowling, hacer evolucionar hacia la edad adulta a sus pequeñas creaciones para que, conforme los niños del mundo real iban creciendo, siguieran identificándose con sus personajes niños-adolescentes-adultos. Las aventuras se iban haciendo más oscuras y difíciles de entender, a la vez que seguía manteniendo la nostalgia de un castillo donde los niños se convertían en magos y brujas rodeados de magia y un universo mitológico propio, lleno de inteligente humor inglés y en el que no faltaba ningún ingrediente para pasar horas y horas entretenido.

Una de las cosas que más nos llamó la atención a nuestro grupo de amigos fue la CEREMONIA DE SELECCIÓN al entrar en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Y es que cada niño iba a parar a una casa distinta según su carácter, personalidad, intereses y habilidades. Eran seleccionados para representar a las cuatro diferentes Casas, estableciéndose una clasificación entre los distintos alumnos. 

Uno de mis grupos de amigos -todos hemos pasado hace tiempo la veintena- están/estamos sufriendo una oleada de nostalgia. Hemos crecido juntos, nos conocemos desde siempre, y llevamos muchos años compartiendo sueños, disputas, alegrías y bromas. Todos los años nos da por hablar sobre Harry Potter (ya que todos crecimos con esta saga, y nuestro amor por la lectura nos condujo a vivir Hogwarts con especial intensidad), y pensar quién iría a qué casa (nunca faltan bromas acerca del tonto del grupo, del que decimos que oposita a Mortífago). 

Hel iría a Ravenclaw sin dudarlo. Es seria, tranquila, muy severa, madura y excesivamente cerebral, lógica. Estudia arquitectura y está muy obsesionada con la influencia del arte en la construcción. Atesora conocimientos teóricos como si fueran monedas... también es un poco agarrada. Representaría la parte más purista de la casa, aquellos obsesionados con el conocimiento y con la perfección. Tampoco es lo que se dice una empollona, pero valora mucho que la gente tenga estudios y no se siente a gusto con todo el mundo.

Martita es una Hufflepuff en toda regla. Siempre está pensando en ayudar a quien la necesita, le da pena todo el mundo, es leal y muy justa. La amistad y la familia para ella son lo primero, es una gran persona y a veces parece Santa Teresa. A veces me recuerda a un hobbit, no sé por qué. Tiene un corazón enorme, trabaja duro aunque también es un poco vaga. Estoy un poco preocupada porque de tan buena, es tonta, y se deja manipular fácilmente, sobre todo por su hermana mayor. No tiene vida propia... pero claro, eso yo no se lo voy a decir. Ha hecho enfermería porque vive para ayudar a los demás. Es su verdadera vocación.

Ces es Gryffindor. Es bastante tontaco, tiene muy mala suerte, pero es valiente cuando debe serlo. A veces nos saca de quicio (sobre todo a Hel, su prima... que no lo aguanta). No piensa lo que dice o hace, simplemente allá va. Eso le crea muchos problemas con el resto de personas, pero como también es un tío cariñoso, charlatán, afable y desprendido, es difícil mantenerse enfadada con él mucho tiempo. Es muy impulsivo, algo inmaduro y socarrón, pero todos le tenemos cariño. Además no tiene demasiado respeto por las normas, y parece que siempre va haciendo lo que le da la gana. No sabe qué hacer con su vida (ahora quiere ser policía, o bombero, o camarero, o inventor de robots) , no estudia ni trabaja, y padece un complejo de inferioridad bastante grande que le hace llamar la atención sea como sea.

Neme es totalmente Slytherin. No es mala persona, pero tiene un lado oscuro bastante peculiar. Tras su apariencia de gigante bonachón y gracioso, se esconde uno de los intelectos más brillantes que he conocido en la vida... pero la mayoría de veces va con dobles intenciones, enfocándose a hacer comentarios irónicos y a mala baba... aunque es tan súmamente guasón que no tiene enemigos. Es astuto, esa es la palabra. La mayoría de veces solamente piensa en sí mismo, en lo que él quiere, en lo que a él le conviene. Es bastante egoísta. Él era uno de mis mejores amigos, pero al final las diferencias entre nosotros nos han separado mucho. Pasa de todo, es reservado y algo egocéntrico. Nunca habla de sí mismo, es un absoluto desconocido. A la vez es graciosísimo, y por su forma de ser todos tienden a contar con él, aunque nadie sabe nada de su vida. Ha estudiado psicología... pero yo no lo veo demasiado. 


¿Y yo? ... 

Bueno, la Loba va a Ravenclaw. Eso me lo dicen ellos, y yo estoy de acuerdo. Sé que me consideran la excéntrica del grupo, siempre a mi bola, sin dejarme influir por el resto. Me gusta aprender cosas nuevas, mantener mi mente abierta, superarme, atreverme a conocer todo lo que me rodea. Intento ser culta, y todos los del grupo suelen acudir a mí para buscar consejo. A la vez doy la imagen del típico "científico despistado". Me fascina el arte, la literatura, la mitología, la historia... pero huyo de las frías y rígidas matemáticas. Me aburren y no me resultan interesantes. Detesto a la gente ignorante que encima se enorgullece, y a los cerrados de mente radicales. Ellos no lo saben, pero para ser totalmente feliz necesito que se reconozcan mis esfuerzos y talento... aunque no soy nada prepotente, es la única forma de sentirme valorada.



¿Y tú de quién eres?

viernes, 3 de agosto de 2012

En el límite



A veces me da por pensar qué papel desempeño en mi propia vida. Qué actitudes son mías y cuales me gustaría tener. 

Por razones que -supongo- contaré algún día, me cuesta establecer una relación de amistad real y cercana. Me da miedo. Me encariño y eso, pero es como si tuviera un muro dentro que me impide descubrir mis sentimientos o dejar de tener en cuenta ciertas cosas. Supongo que hay ciertos baches que no se olvidan, y que configuran tu forma de actuar... El caso es que por esa especie de muro, siempre me quedo en la periferia.


Yo soy consciente de que soy prescindible. De que posiblemente los demás me echarían en falta si un día desapareciera, pero ya está. No es un drama. No soy el núcleo de nada ni formo parte de esas personas "indispensables" en la vida de nadie (salvo de la de mi madre, supongo). Ni siquiera creo que lo sea para Chicombre... aunque duela mucho pensarlo. Evidentemente, él tampoco es la última cocacola del desierto. Podría llegar a serlo, pero me da a mí que le faltan ganas y esfuerzo por conocerme... y a mí me faltan ganas de obligarle a ello. Me encuentro en el límite exterior de los grupos, paseando sin rumbo y desapareciendo cuando me da la gana. A veces tiro la bomba de humo ninja y no se vuelve a saber de mí hasta un año después. No me siento cómoda con obligaciones, porque ninguna de esas personas que conozco son indispensables para mí ni siento que yo lo sea para ellas. Claro que las quiero... pero no me son necesarias. 


Fuera de lugar. Asumido. 

En realidad me gusta mi sitio. La gente me ve como una rebelde con buen corazón, algo esquiva, pero en quien se puede confiar y a quien se puede acudir. Yo me veo como el lobo que ronda al rededor de la manada y no se acerca porque teme un mordisco... así que se queda solo y se las apaña para sobrevivir ahí fuera. Y he comprobado que todo tiene fecha de caducidad, a no ser que alguien se lo curre mucho y el destino le sea propicio. Solo una persona en mi vida me hizo creer de verdad que estaríamos juntas para siempre. Cuando se marchó, de la peor de las maneras, con la traición más grande que he experimentado en toda mi vida, dejó una huella tan honda en mí que no me he permitido volver a querer por entero a nadie, en ningún aspecto. Algo dentro de mí ansía encontrar esa persona con la que tener una amistad cercana, sincera y de complicidad... pero no creo que aparezca nunca.

Me quedo en el límite. Sola y segura, sin correr riesgos y sin tener a nadie a quien contarle mis problemas. Tampoco creo que a nadie le importen. Al fin y al cabo, yo no soy tan importante.

Ni siquiera para Chicombre... me temo. Jode. Jode no sentir la conexión necesaria para cuando me ocurre algo que me duele, llamarle de primeras. No me sale, pero tampoco creo que él me esté dando la oportunidad de hacerlo. "Tengo que contarte algo... quisiera contártelo" dije, forzándome a salir del caparazón y comprobar qué pasaría. "Pues ya hablaremos cuando nos veamos". A la mierda, da igual. Sabes que no nos vamos a ver hasta dentro de una semana, y ahí estarás tan ocupado pidiéndome que te ayude a arar el huerto, o a llevar cosas de la mudanza, o ensayando con tu grupo, que no te acordarás. Porque tampoco es que te importe. Realmente no sé para qué me quieres a tu lado. Si apenas me follas, apenas me hablas de tí, y cuando hablo de mí no veo que te interese. Pues hablaremos del tiempo. Y tiempo al tiempo.



Puede que algún día desaparezca de la vida de Chicombre y no se entere. Puede que tampoco me busque, o puede que sí. Puede que se dé cuenta de que me pierde, de que nunca me tuvo segura. No soy una bobalicona que se deja engatusar fácilmente ni coge apegos innecesarios. Me gusta que me cuiden, y me sacudan, y me quiten todos esos pensamientos de encima. Me gustaría que mi pareja me hiciera sentir importante e imprescindible, quizá especial. Porque no me gusta perder el tiempo ni la libertad para obtener ceniza en la boca. Quizá te lo cuente. Quizá no, y te lo suelte de sopetón el día que eche la bomba de humo definitiva. Y entonces, a lo mejor (porque no estoy segura) me echarás de menos un tiempo... hasta que se te olvide mi cara y te preguntes quién era ese lobo que rondaba por los alrededores.